El fin de semana del 11 y 12 de junio tuvo lugar la Convivencia de final de curso del club social Fordis, en la casa de espiritualidad de Santa María de Lavern.

Después de un curso lleno de cambios donde, por fin, hemos vuelto a las reuniones presenciales y se han reactivado actividades como el refuerzo escolar, pudimos disfrutar de una convivencia llena de alegría y encuentro gozoso con el Señor y los hermanos, casi 50 el domingo.

En esta ocasión las dos hermanas temistas nos hablaron de la vida de San Ignacio de Loyola, uno de los grandes santos de nuestra tierra. Aprovechando que en la Iglesia celebramos el quinto centenario de una experiencia que transformó a Ignacio de Loyola para siempre, y dio lugar a una espiritualidad que ha facilitado el encuentro con Dios de multitud de personas de generación en generación.

Esta experiencia nace de un aparente fracaso humano como fue la herida que recibió Ignacio en la batalla por la defensa de Pamplona en 1521. Y que al final le llevó a conocer la vida algunos santos, verdaderos amigos de Jesús, que le animará a tomar un camino diferente y entregar su vida por el Amigo que nunca falla.

Parece que queda muy lejos, 500 años atrás, pero la vida y la espiritualidad de San Ignacio de Loyola es muy actual y nos puede iluminar mucho en nuestro camino a la santidad.

En la puesta en común se comentaban, entre otras cosas, la importancia de crecer en amistad con el Señor y con los hermanos. Y para ello lo esencial que es dedicar tiempo de calidad a cuidar esa relación. Se afirmaba que otro punto capital para desarrollar la amistad es la escucha al otro y, para conseguirlo, se destacaba lo esencial que es hacer silencio para poder oír.

En definitiva, un momento muy especial para coger fuerza y cargar las pilas, para no dormirnos espiritualmente durante el verano y empezar el curso que viene con muchas ganas de trabajar alegres para que Fordis haga más presente el Reino de Dios en Cornellá.

Jose Diaz.