Tarde de común-unión

Este sábado 2 de abril algunos hermanos de Fordis, de nuevo, hemos compartido la Eucaristía y ha sido un encuentro especial, como siempre.

Primero y principalmente porque el don de Jesús, la entrega de su Cuerpo y su Sangre, de su muerte y de su vida, siguiendo sus palabras: «Haced esto en memoria mía» nos ha alcanzado otra vez a través de los siglos. 

Y en palabras de la homilía del padre Antonio nos hemos encontrado «en medio» de la misericordia de Dios, no abandonados sino perdonados.

 En nuestro caso la Eucaristía nos alcanza como comunidad que reza y vive este acontecimiento de forma especial en nuestras «misas de comunidad» Claro que como Iglesia universal celebramos con Cristo en cualquier lugar de la tierra, esa es la suerte : Jesús quiere la salvación para todos los pueblos y para todos nuestros hermanos. Pero el encuentro en la misa de comunidad estrecha los lazos de fraternidad, le da calor al corazón y ganas de compartir, para ser como Jesús, que se parte y se reparte como el «pan» que es , recordando esa dimensión de la comunión con los hermanos, también con los pobres, los afligidos.

 

El cardenal Cantalamessa en sus reflexiones cuaresmales de este año nos propone un ejemplo de lo que sucede en la celebración eucarística:

"Hay un hijo, el primogénito, que admira y ama sin medida a su padre. Para su cumpleaños quiere hacerle un regalo precioso. Pero antes de presentárselo, pide, en secreto, a todos sus hermanos y hermanas que pongan su firma en el regalo. Por lo tanto, esto llega a las manos del padre como signo del amor de todos sus hijos, sin distinción, incluso si, en realidad, solo uno ha pagado el precio de ello"

Nosotros somos esas gotitas de agua que se añaden al vino y nuestra firma es el amen que proclamamos al decir:  «Por Cristo, con Él y en Él, a ti Dios Padre omnipotente en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y gloria por los siglos de los siglos... ¡AMÉN!» Hemos firmado en el regalo tambien como comunidad, para hacer de nuestras vidas don de amor al Padre y a los hermanos: ¡que no se me olvide!

Y otro motivo de común-unión ha sido la presentación, por parte del presidente de Fordis de las conclusiones a las que ha llegado la comunidad sobre las cuestiones que el santo Padre nos ha propuesto con motivo del Sínodo de los Obispos en 2023.Fue breve pero intenso, pues al resumen de las conclusiones siguió la lectura del pasaje del Evangelio sobre los discípulos de Emaús y tras unos minutos de silencio los hermanos explicaron alguna vivencia o reflexión sobre el texto ...Acabamos cantando ese mismo pasaje.

Y para acabar la tarde pedimos a Dios por los hermanos que nos han precedido en el encuentro con el Padre, que ellos intercedan por su comunidad igual que nosotros los encomendamos a ellos, hasta que nos volvamos a encontrar.

Yo he vuelto a comprobar cómo la comunidad es para mí : apoyo en la fe, amparo en la dificultad y sobre todo ejemplo, esta vez compartiendo el llanto silencioso de una hermana que comparte su dolor y su cruz confiando en Dios , en su familia y en nosotros sus hermanos de Fordis. 

Tarde «emocionante» tarde de «común-unión», gracias hermanos, gracias Señor.

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