Treinta , cuarenta, cincuenta...no, son menos porque estas hermanas estuvieron dos dias y este otro tres...y aquella tres y el otro hermano también tres...
Total cuarenta voluntarios, un número con muchas resonancias bíblicas para nosotros los cristianos: desierto, exilio, Cuaresma, pero a mi, después del recuento no se me ocurrió más que el título de un cuento de Las mil y una noches: Alí Babá y los cuarenta ladrones.
Porque este año los hermanos que han participado en la recogida de alimentos han sido verdaderos «ladrones»por diferentes causas.
- la primera es que han robado terreno al egoísmo y se lo han dado al altruismo, han salido a pedir para los otros, los pobres de nuestras periferias
- la segunda le han robado espacio a la pereza y se lo han cedido a la diligencia para trabajar por el Reino de Dios y evangelizar con la palabra y las obras
- la tercera es que le han robado el sitio a los respetos humanos y lo han cambiado por una amable y santa desvergüenza para explicar a quien se lo ha pedido, con código QR incluido, quienes somos
- la cuarta y la más especial, es que le han robado espacio al miedo por el Covid 19 para salir a la calle con la mejor voluntad de aportar un granito de arena como hijos de un Padre tan bueno.
Y seguro que han robado historias conmovedoras, sonrisas y también alguna que otra lagrima... Ya nos lo contaran... Pues las vivencias son tantas como hermanos, únicas e irrepetibles como escuchar de la Hermana Caridad, en el Cottolengo sus palabras de agradecimiento, pues tenían las reservas de leche al límite, su alegre expresión: “Es un milagro”. Al igual que las palabras agradecidas de los voluntarios de la Botiga solidaria:“Muchas gracias a Fordis, otra vez”
Gracias a todos, también a los que habéis rezado, a los que habéis animado a vuestros consortes y a vuestras hijas e hijos, habéis invitado a vuestros amigos o incluso a vuestra mamá para que ayudara a clasificar los alimentos y así conociera que es Fordis.
Nadie grabará un reportaje, no saldremos en ninguna maratón...pero qué bien lo hemos pasado compartiendo el fresco, qué “glamurosos” con los chalecos amarillos... como hemos vivido algunos días tan especiales en este Adviento y sobre todo en este año de la “nueva era” Covid 19…
Los hermanos y con ellos toda la comunidad de Fordis, experimentaran esta alegría en Navidad al adorar al Niño, de haber llevado al portal de Belén y a tantos otros «portales»: legumbres secas, cocidas, arroz, aceite, pañales, potitos, leche, bombones,turrón y etc, etc,etc...
Y en nuestros corazones resonarán las Palabras (permitidme la expresión) del “Jefe” de la banda:
« Porque tuve hambre y me disteis de comer...» Mt. 25, 35
¡Feliz y santa Navidad!
Pilar M.