Convivencia matrimonios

Este fin de semana hemos disfrutado  un grupo de familias del Club Social Fordis, un  encuentro con Dios. El tema tratado ha sido el lema de la reunión mundial de las familias que se celebró en Dublín en 2018, :El evangelio de la familia, alegría para el mundo”

Hemos vivido y compartido tal como se nos indicaba EL GRAN SUEÑO DE DIOS.

Este sueño es la unión con todos los hombres, sin excluir a nadie. Hemos podido meditar durante la exposición de los temas,  que todos estamos llamados a la salvación y que esta llega a través de la misericordia revelada en el rostro de Cristo.

 

Reflexionando sobre todo ello, me doy cuenta que la misericordia que Cristo me ofrece tiene que generar en mí una conversión sincera, real y activa, no puedo quedarme con los brazos cruzados para conseguir de inmediato y sin excusas,  que mi vida cambie en alguna cosa concreta.

Se ha hablado de la Palabra de Dios en el seno de la familia. Esta vivencia de la Palabra ha de interpelar mi vida, nuestra vida, ha de ser compañera en mí caminar. Buscamos nuestra meta y esta solo se manifiesta con la vivencia de esta Palabra. He aprendido que tengo que esforzarme mucho más por vivir diariamente la Palabra de Dios en mi vida.

Otra cosa más que me ha resaltado es volver a escuchar y comprender la importancia de una palabra que se ha comentado “Kerigma”. Su significado es anunciar y proclamar la salvación, la muerte y resurrección de Jesús. Esto debe ser el centro y la vivencia principal de nuestra experiencia fe, la Palabra de Dios juega un papel muy importante para facilitar que este mensaje llegue a los demás.

Termino mencionando a modo de resumen, una receta  para que mi vida pueda mostrar a los demás este gran sueño de Dios:

*AMOR:  no puedo vivir sin amar.

*ESPERANZA COMO María:  aprender a conservar las cosas en mi corazón.

*ALEGRIA: viviendo la paz estaré siempre alegre.

Un cristiano triste, es un triste cristiano.

 

FRANCISCO VILLAR

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