El pasado día 10 de marzo tuvimos la gozosa visita del Obispo auxiliar de la diócesis de Barcelona Mn. Antoni Vadell a nuestra pequeña comunidad de FORDIS. Lo que para nosotros era una oportunidad de conocer a nuestro pastor , se convirtió en una tarde donde se hizo realidad la serena alegría de sentirnos hijos de Dios y miembros de la Iglesia.

El Obispo Vadell, con la humildad y cercanía de un apóstol de Jesús, mostró su interés y curiosidad por el origen y la actividad de FORDIS, empezando por el significado de su nombre. Quedó sorprendido de nuestra actitud sencilla al servicio del Evangelio, y expresó la permanente validez, de un proyecto comunitario que combinara la educación con la vivencia de la Fe.

Nos animó a todos,  a continuar con los proyectos de carácter más fraternal, dirigidos a los más débiles y necesitados, como el refuerzo escolar y la recogida de alimentos. También le causó especial ilusión el trabajo realizado en el Club Infantil con los más pequeños, poniendo en valor la importancia de cultivar la semilla de la Fe recibida desde el Bautismo.

Compartió con los jóvenes de FORDIS su reunión de formación, meditando el evangelio y escuchando atentamente los comentarios sobre los puntos de estudio semanales. Intervino en ella como un joven más y se sorprendió gratamente de las aportaciones de los miembros de la reunión.

Compartimos con él un pequeño vídeo representativo de nuestras actividades antes de que nos dirigiera unas palabras.

Nos envió un mensaje claro. “Tenéis que cuidar la perla de FORDIS”. Inevitablemente me vino a la mente la parábola del reino de los cielos y la perla preciosa (Mt 13, 45-46). Y nos dijo cómo hacerlo “no descuidéis nunca la Eucaristía”, además de recordarnos que formamos parte de algo “más grande, una diócesis, una Iglesia”.

Nos solicitó nuestra oración en favor de toda la diócesis y en especial por él –cuente con ello monseñor– y poniéndose a nuestra disposición, nos despidió con su bendición.

Desde nuestra humilde comunidad nos ponemos a su servicio, siendo conscientes de que para cuidar esta “perla” siempre habrá que dar algo a cambio: lo que Dios nos pida.

Candido Romero.